El concepto de “Internet de las cosas” (IoT) se ha extendido exponencialmente durante la última década y ahora es una parte esencial de la vida cotidiana. IoT se refiere a la red de dispositivos digitales y electrónicos interconectados, capaces de comunicarse entre sí y recopilar y transferir datos sin interacción directa con los humanos.
Estas conexiones facilitan y aceleran eficazmente el intercambio de datos para respaldar una amplia gama de operaciones y actividades.
A la fecha, existen más de 16 mil millones de dispositivos conectados y operativos a nivel global, el equivalente a 2 dispositivos por cada persona, y es un número que se espera que crezca en los próximos años, hasta alcanzar los 41 mil millones en 2020.
Los ejemplos más comunes de IoT son los dispositivos de "hogar inteligente", como termostatos programables y equipos controlables de forma remota, pero el sector de IoT encuentra aplicaciones en casi todos los sectores de la economía, desde el comercio hasta la industria, desde la atención médica hasta la seguridad pública.
Los sectores de aplicación de IoT
El potencial avanzado de las tecnologías de IoT encuentra espacio en numerosos sectores, entre ellos:
- Residencial: este alcance incluye todos los dispositivos y sistemas para la domótica y la automatización, por ejemplo para el control remoto de equipo de iluminación, calefacción, electrodomésticos, sistemas de entretenimiento y vigilancia.
También se entienden dispositivos portátiles, como relojes inteligentes y gafas de realidad virtual. - Cuidado de la salud: forman parte de esta categoría todos aquellos dispositivos para la salud y el bienestar personal, desde productos para el seguimiento de la actividad física hasta tecnologías que monitorizan y registran los datos vitales de los pacientes.
- Seguridad pública y transporte.: Además de los automóviles y las carreteras inteligentes para gestionar el flujo del tráfico, se están implementando tecnologías de IoT en la infraestructura urbana para mejorar la seguridad y los servicios públicos.
Estos incluyen, por ejemplo, sistemas electrónicos para indicar en tiempo real los horarios de llegada y salida del transporte público, aplicaciones de teléfonos inteligentes para pagar multas de estacionamiento y dispositivos para ayudar a las autoridades a monitorear actividades criminales. - Industrial: En este sector, las aplicaciones IoT, también llamadas máquina a máquina (M2M), se adoptan para mejorar y aumentar la eficiencia de la producción, monitorear la maquinaria y optimizar las operaciones de inventario.
- Energía y medio ambiente: Los dispositivos IoT también encuentran aplicación en el campo de la distribución de energía, el control del consumo (como los contadores inteligentes) y las condiciones ambientales.
Estos son sólo algunos de los innumerables ejemplos de aplicaciones actuales y beneficios potenciales de las tecnologías de Internet de las cosas.
Los desafíos técnicos
Además de las ventajas prácticas, el crecimiento exponencial del número de dispositivos conectados a la red también implica una evaluación desde un punto de vista técnico.
Estos productos, de hecho, incorporan tecnologías inalámbricas y componentes electrónicos que plantean diversos desafíos desde el punto de vista del diseño y el cumplimiento. regulaciones del mercado.
La creación de estos complejos sistemas implica, en primer lugar, la elección de un protocolo de comunicación inalámbrica adecuado a las características y a la finalidad de uso de los productos. Algunas de las tecnologías de comunicación más comunes adoptadas por los fabricantes de IoT son: WiFi, Bluetooth, Zigbee, GSM, UMTS, LTE, SRD.
Los fabricantes no sólo tienen que implementar correctamente aplicaciones inalámbricas en sus productos, sino que también deben considerar todos los aspectos de perturbaciones electromagnéticas y seguridad relacionada con dispositivos que integran diferentes funciones (analógicos, digitales y radio). Esto puede resultar complicado en la fase de diseño y depuración, especialmente en caso de mal funcionamiento y dificultad para identificar el origen del problema.
Desde una perspectiva regulatoria, los dispositivos IoT deben hacer un uso correcto del espectro radioeléctrico, no debe emitir demasiados ruidos y ser demasiado sensible a los ruidos emitidos por otros equipos, y debe garantizar la seguridad del usuario frente a peligros tanto eléctricos como electromagnéticos.
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